lunes, 22 de marzo de 2010

Un encuentro onírico


Otra vez aqui? De verdad de la buena? No puede ser que esté soñando. No, esto es real, tan real como ese Battlefield Bad Company 2 que descansa en mi estanteria y que acumula polvo poco a poco hasta que un dia señalado y llevado por un ataque de ira, le haga liberarse de toda su porqueria lanzándolo por la ventana y estrellándolo contra el patio de luces que se dislumbra desde mis aposentos.

Una de esas actualizaciones que no pillará por sorpresa a nadie, porque para pillar a alguien primero falta ese "alguien" y la clientela en estos momentos, supongo que por cosa de la crisis (que tiene la culpa de todo) no suele pasar por estos lugares en los cuales nuestros precios cada vez se van ajustando mas a lo asequible y no desdeñando en la calidad de sus contenidos. Siempre ofreciendo mejunjes de calidad premium y que , como siempre, algunos paladearan exaltando su refinado sabor mientras que otros lo escupiran con saña contra el suelo como si de veneno se tratase.

Hoy queria tocar de nuevo uno de esos temas que ya se contaron tiempo atrás, que ya han gastado mas de una entrada y que siempre me dejan con mas incognitas después de escribirlos.

Siempre que tocamos el mundo de los sueños, volvemos a retomar las dos vertientes que consideran primeramente como una patraña lo que tiene que ver con nuestras "visiones inconscientes " y, segundamente, aquellos que consideran interesante el mensaje que esos sueños nos quieren transmitir o, mejor dicho, el que queremos desprender de ellos.

Son pocas las ocasiones en que puedo recordar los sueños, pues mi memoria olvidadiza ayuda poco, pero de lo que estoy mas seguro es de su temática que va siendo mas recurrente desde no me acuerdo que época.

Recuerdo cuando Shinobi Aoyama me hablaba de un sueño que le venia con mucha frecuencia pero que, al entrar a la universidad, se desvanecio como una pesadilla después de despertarse sobresaltado y asustado.

Como si el hecho de cambiar su vida o sus costumbres, el tomar una distinta vertiente en su existencia haya hecho que algún interruptor en su yo interno haya cambiado de posición y haya sentenciado que ese tipo de visiones nocturnas ya no eran necesarias para enseñarle lo que hacer.

Los coches son la temática principal de los sueños que recuerdo, ni siquiera me gustan ni tengo afinidad por ellos, no soy casi ni partidario de usarlos ( y eso que llevo unos cuantos años con el mismo y desde luego semejante cacharro me ha enseñado un par o tres de cosas por mas sorprendente que pueda parecerles) y por ello me extraña su presencia continuada en mis sueños. Aunque desde luego, la lógica es algo que se deja fuera de juego cuando hablamos de los mundos oníricos a los que nos trasportamos cuando dormimos.

Yo que he soñado el viajar en algún coche, siempre acompañado, a velocidades frenéticas por una carretera larga y sin curvas, a veces a punto de estrellarse pero nunca haciéndolo. Incluso atropellando a terceras personas que no conocia de nada, esquivando cosas que ni siquiera habia visto, no parando nunca.

Desde hace un tiempo siempre han sido asi, y yo les he dado interpretaciones curiosas, pero siempre he creido que esos trayectos en coche significan mi vida, aquellos que me acompañan son esas personas importantes que están ahi y que aunque mi vehículo derrape violentamente, siguen estando ahi (asustados, eso si) pero agarrados firmemente donde puedan .

Los derrapes y la imposibilidad de chocar me imagino que deben ser los rumbos que ha ido tomando mi vida en todo ese entorno de rutina en la que parece sumida, los bruscos giros del destino, la boca oscura del lobo que en ocasiones quiere atraparte pero que luego no lo hace, esas ocasiones en que parece que el camino no tiene salida pero que luego logras bordear sin explicarte como. Pueden ser todo patrañas, pero como suelo decir, por poder...puede.

En esta última ocasión recuerdo de nuevo un coche, el mio, aparcado en uno de los lugares clásicos que suelo hacerlo en la vida real y yo fuera de el (la primera vez que sueño algo similar).

La escena cambió y encuentro mi coche levitando en el aire y por debajo, como otro coche escondido dentro de la propia carroceria del mio propio (como si dentro de mi Ford Scort hubiese un... Opel Corsa, por ejemplo). Recuerdo esa escena con miedo, como si el simple hecho de ver que aquello ya no era mio, me aterraba.

Luego de nuevo aparece otra escena con mi coche volando pero con una cortinas ondeando hasta el suelo para evitar que otros viesen lo que se escondia realmente dentro de el. Si hasta me viene a la mente como en el sueño mi yo "virtual-onírico" miraba de reojo aquello que se encontraba al otro lado de las cortinas y volvia a asomar de nuevo a la calle para observar y vigilar que nadie pudiese verlo.

Si retomo de nuevo mi teoria sobre que el coche que aparece en todos mis sueños es mi propia vida, que narices significa esto?

1 comentario:

  1. Será que escondías una faceta tuya? Estabas evitando hacer algo por miedo al qué dirán? (que es completamente humano). Llego tarde a leer este post pero eso mismo nos da la posibilidad de hablar ya como terceros del asunto, no?
    Siempre creí que los sueños, además de ser un mundo a parte dónde suceden historias locas, es por supuesto nuestro inconsciente expuesto, por eso hay que tener mucho cuidado con los símbolos: Digo, hay veces que te preocupa un examen y entonces te la pases soñando con la uni o lo que sea, que no llegas a clases, que te ponen un tres etc. Etc. Otras veces nuestro inconsciente quiere decirnos algo que no queremos aceptar en la realidad.
    Una vez estaba siendo especialmente injusta con un par de personas, aunque no lo aceptaba. Por consiguiente mi yo del otro lado comenzó a mostrarme un par de actitudes que yo tenia muuy exageradas y por ellas siempre terminaba muriendo en el sueño. Estuvo así, torturándome una semana hasta que relacioné los símbolos con mi vida y pude liberarme de ellos.
    Siento que más que vos nadie puede decirte con exactitud qué mensaje está escondido en tus sueños recurrentes, en el fondo lo sabés y quizás lo supiste reconocer. ¿Seguís soñando con el auto rojo?
    Un abrazo desde ciudad El Hueco y desde el universo de mi inconsciente.

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