jueves, 25 de agosto de 2011

La gramola Número 4: Who is gonna save the world tonight (Swedish House Mafia)


Si existiese el calor en este mundo virtual, goterones de sudor caerian por nuestros bidimensionales cuerpos y cubririan el lugar como si charcos de lágrimas exudadas por nuestro cuerpo se tratase. La tensión se sigue palpando desde que se desató la alerta hace una semana exacta, el tiempo aqui es invariable y pasa normalmente al mismo ritmo, pero casi podria decir que ha sido solo un segundo o toda una eternidad la que llevamos aqui parapetados a la espera de lo que el destino, el sino de nuestra existencia, el trazo malvado del creador o, simplemente, aquello para lo que servimos, entre por esa puerta, presente pelea y nosotros le respondamos con la misma moneda.

Numerosos Galsias y Donovans se revuelven inquietos en sus asientos, algunos patinan por el parquet y dejan en el suelo el rastro de su malestar y su nerviosismo, algunos Signals se han agrupado en una de las esquinas del local e intentan charlar para aliviar la tensión que les atenaza cada uno de los pixeles con los que han sido creados.  

Elektra, una de las habituales por estos lares, se sentó al piano y tararea una agradable canción que, en un principio no suscita ninguna de nuestras atenciones pero, por otro lado, según el ritmo de sus manos se acelera y el volumen de su voz se hace audible por encima de la música ambiental que nos martillea con sus chiptunes y sus instrumentos digitalizados, el resto del pequeño escuadrón que aqui nos hemos juntado empezamos a girarnos al unísono y tararear lo que Elektra canta.

Y aunque suene ridículo, aunque suene fuera de lugar y de onda, como si aquella calma y aquella tonada antes de la tempestad estuviese fuera de toda lógica y comprensión, aquello nos impulsó e infundó de nuevos ánimos que teniamos casi desaparecidos después de tanta espera e incertidumbre.

Mas tarde conocimos el nombre y el artista original de aquella canción, proviniente del mundo real como todo lo bueno y lo malo que nos acontece, mientras desaparezco entre terribles aullidos y mi visión se nubla ante los pies de los B.S.A.M! (con exclamación como dictan las leyes), recuerdo ese momento donde todos cantabamos Who is gonna save the world tonight de Swedish House Mafia: el último recuerdo feliz de una existencia que, una vez mas, se apaga.

jueves, 18 de agosto de 2011

To arms my fellows Galsias. La batalla se acerca


Un repentino escalofrio recorrió mi bidimensional cuerpo sin haberlo esperado, una fuerte sacudida me revolvió cada uno de mis píxeles e hizo de ellos fosfatina. Era el preludio de lo que la llamada telefónica que iba a tener lugar me iba a traer.

Como siempre en estas semanas, y en este ciclo de noche eterna que me envuelve, me encontraba en mi Bar, tranquilamente contemplando todos los recovecos que una y mil veces me han acompañado, todas esas cosas y esos matices que me persiguen y me acosan a su manera, todo aquello que me acompaña como si fuese mi destino en formato físico. Veo las mesas, y las sillas correctamente ordenadas a su alrededor, los tesoros y objetos escondidos bajos sus patas. Contemplo las cristaleras y sus 256 apagados colores dan vida a mis blanquecinas retinas, contemplo el pulido parqué y el polvo acumulado durante tanto tiempo que soy in capaz de recordar. Incluso el piano y la gramola que dan el toque musical a todo este tugurio se encuentran dormitando mecidos por el sonido y el ajetreo exteriores. Y, como canción de cuna, el repiqueteo de mis zapatos contra el suelo fustigados por ese vespertino estertor que fulguró mi cuerpo.

El sonido del teléfono rompió la magia, desgarró la calma mortecina del lugar en todas aquellas horas que parecian no pasar y quebró la paz y el sosiego propios antes de la tempestad.

jueves, 11 de agosto de 2011

La que se avecina


El mundo está cambiando, lo noto en las personas que transitan impedidas por fuerzas que superan su comprensión y recorren cada dia un camino predeterminado que escapa a toda explicación y toda explicación. Lo noto en el parpadeo de las luces de la calle, en las impertérritas y perpetuas sombras que nos acompañan, en los hieráticos entornos de mis escenarios, en el frio perpetuo de la lluvia al caer sobre mi bronceada piel en el patio trasero. Como bien pronosticaba dias atrás, algo ocurrirá y no sé porqué me da tanto miedo y estoy tan inquieto.

Siempre se dice que los seres humanos son reacios a los cambios, porqué lo que pueda avecinarse provoca en mi estas sensaciones que nunca antes habia experimentado y que tanto se asemeja a lo que algunos llaman "terror"?

Todo esto me asaltaba mientras, como cada dia, me dirigia al Bar de Barbón. A darle de nuevo la vida que el mismo se habia buscado, el aliento para que su respiración no cesase y asi poder servir a los escuetos clientes que llegaban a visitarlo con lo mejor de mis cosechas personales y las especias mas raras que pudiesen encontrarse a 1000 píxeles a la redonda.

Pero hoy no era un dia como otro cualquiera, todas estas sensaciones que me asediaban como un asesino sanguinario me tenian intranquilo desde hace ya muchos mas dias de lo que puedo recordar, no sé si fue por la extraña visita de algún personaje harto sospechoso o simplemente la ausencia de novedades en la rutinaria tasca me habian auto-convencido de que algo iba a pasar, aunque como todo en esta vida como en la otra, el azar es una pelota pinchuda que no sabes en que momento te va a saltar en la cara y ensartarte con todas sus púas llenas de acontecimientos que no podrás evitar.

Asi que me puse en contacto con uno de mis informadores nada mas llegar a la escasamente iluminada taberna, cogí el teléfono, marque los números correspondientes y una voz digitalizada (que en aquella época se llevaban mucho) me contestó al otro lado del aparato. Fui escueto y conciso, algo incluso extraño para mi, queria que se informase, que buscase todo lo necesario a lo que habia estado aconteciendo en este micro universo desde nuestra desaparición y , casi podriamos decir, que nuestra huida. Que busque los últimos avistamientos de los B.S.A.M!! (que viéndolo asi, tienen nombre de grupo rock de la actualidad), que camine pegado a sus culos y persiga hasta el fin de sus dias, que redacte todo lo visto, todos los comportamientos, las conversaciones entre ellos y sus últimas incursiones. Sobretodo eso último, no sé porque el Bar de Barbón pasó de ser uno de sus objetivos prioritarios a desaparecer del mapa como todo signo de vida después de una pandemia zombie.

Colgué el teléfono y quedé a la espera de cualquier noticia, ya fuese buena o mala que mi contacto pudiese traerme. Estaba tan nervioso, uno de esos nuevos sentimientos que alguien sin escrúpulos habia implantado en mi, que debia hacer todo lo posible por distraerme, asi que mientras espero a aquellos que iluminan este pub con su propia luz y su propia música, yo os contaré que es lo que se avecina...videojueguilmente hablando, claro (los que esperaban una entrada sobre la continuación de la gran serie Aqui no hay quien viva, pueden ir ya abandonado el local. Gracias por su visita y los espero pronto de vuelta).

jueves, 4 de agosto de 2011

I´ve covered wars, zombie wars. Dead Rising


A la espera que los clientes llegasen, que la vida corriese de nuevo por estas tierras digitales, ya estaba yo dispuesto a comenzar con mis tareas. Aquellas extrañas sensaciones no se habian disipado por completo, continuaban adheridas en alguna parte de mi cabeza o mi subconsciente virtual y no dejaban de atormentarme como pesadillas recurrentes de las que no podia escapar. Sabia que dentro de poco algo iba a pasar, y lo peor del caso, es que ese "algo" iba a ser malo. Lo veia reflejado en la cara mis antiguos clientes, de los de toda la vida que incluso después de este gran momento de pausa y desaparición, volvieron de nuevo para disfrutar de lo que tanto yo como el Bar de Barbón podiamos ofrecerles.

Vi incluso esa angustia en las caras de las nuevas personas que se sentaban encorvadas delante de la barra mientras la música de la gramola les acunaba como dos grandes negros con abánicos a alguna fémina en sus mas ardientes sueños. Incluso habia caras en si, sobretodo de los bienvenidos, que eran el vivo símbolo de que los engranajes que giraban y daban su existencia a este lugar, comenzarian a chirriar muy pronto.

Yo, si tuviese constancia de todas las veces que he vivido y revivido, de todas las veces que he sido derrotado y he vuelto a este mismo sitio, con mis mismas técnicas y mi par de barras de vida, la de veces que he vuelto a luchar en una batalla que no sabia que iba a ganar, tal vez, y solo en ese caso, si hubiese reconocido todas las veces que ya habia fallado...entonces hubiese echado a correr en una animación que aún tendrian que desarrollar para dotar a mis piernas de la velocidad y el deslizamiento por el escenario necesarios para huir. Pero no lo hacia, continuaria al pie del cañón hasta que todo ocurriese como estaba decidido y cometeria los errores que cometi en mi pasado una y otra vez, seguramente de igual manera que lo hace mi yo en el mundo que tanto se aleja de esta bidimensionalidad.

Estuve recaptando las propinas que mis clientes habian dejado, alegrándome por la generosidad de muchos y hasta de sus sabios consejos de los cual tomo mucha nota. Me hablaron sobre una gran saga, muy vecina en el futuro, llamada Dead Rising. Y aunque no compartamos la misma linea temporal, si que creo que puedo hablar perfectamente sobre ella, pues como este bar, como alguno de sus clientes, trata sobre cosas que han vuelto a la vida después de que se las creia muertas.

martes, 2 de agosto de 2011

Far Cry 2: Un grito lejano, una agonia cercana






Incluso a este lado de la barra puedo olisquear el ambiente como si de nariz dispusiese, como si notase el aroma enrarecido que flota como aceite en agua, noto en cada uno de mis píxeles como algo se está cociendo, como si la cocina del Apocalipsis estuviese preparando su primer entrante y el mismisimo Diablo estuviese con su cuchara esperando a metérnosla en la boca sin habernos percatado. La atmósfera era intranquila, aún estando solo lo notaba, algo empezaba a no marchar bien o algo habia que comenzaba a fallar de nuevo. Ya no eran las ganas de volver a revivir este lugar que tanto tiempo habia estado silenciado, sino que las amenazas que se cernian sobre él, en este virtual mundo, vuelven a pulular como buitres sobre un cadáver desmadejado de algún pobre animal.

Para poder quitarme ese malestar de encima, como si el programador que nos hubiese dado vida le hubiese dado por trastear de nuevo con nuestro código fuente y añadir unas cuantas lineas mas para meternos esta extraña sensación, intenté pensar en cosas diferentes, en catapultar mi mente hacia otros lugares y otras experiencias que no sé si calificar como placenteras. Fogonazos de recuerdos me llegan del último juego que tuve la oportunidad de catar, del último título que ocupó su sitio en mi estanteria y del cual hoy os quiero hablar. Y aunque el dejar de pensar no elimina la amenaza, almenos ayuda a paliarla y asi comenzaremos hoy comentando Far Cry 2.