
Hoy, como cada jueves (o almenos es lo que intento) me encontré enfrente de mi bar, salpicado por la bruma de la mañana y ese olor con el que las tempranas horas del dia impregnan el ambiente.
Un dia mas, en el mismo lugar, haciendo lo que estoy destinado a hacer, sufriendo lo que me depara el destino, obstinado en sobrevivir lo que la rueda que nunca se detiene me tiene guardado.
Todo aquello que sé que está por venir y lo que ha venido, todos los temas, toda la gente, todas las acciones, todas las consecuencias que han pasado y que pasarán, todo lo que una vez hubo y una vez habrá, por todo aquello pienso que me encuentro aqui.
No puedo luchar una batalla que ya he perdido, eso es cosa de tontos me dijeron una vez, y la verdad que yo me lo considero y mucho. Pero una vez mas agarro con firmeza la oxidada llave que deslizo sobre mi mano con la gracia que solo los años de rutina consiguieron y con un acto que se lleva repitiendo desde tiempos inmemoriables la inserté en la cerradura inferior de la gran persiana metálica que protege este destrozado local y entre en su desolado interior.
Nuevamente aqui, otro dia mas, y para empezar nada mejor que enchufar el jukebox y poner algo de música y rescatar del olvido alguna de las grandes canciones que componen la discografia del bar de Barbón. En esta ocasión, tengo que dedicar la canción a un reciente amigo que esta pasando por muchas dificultades y, aunque sé que este tipo de música ni le va ni le viene, no puedo pensar cada vez que escucho esta canción en la situación por la que esta pasando mientras que los pelillos de mi espalda se erizan en una mezcla de emoción por la música e impotencia por no poder ayudar a aquellos que lo pasan mal en estos momentos.
Antes de encender la gramola tengo que desechar alguno de los temas de hoy como pasó hace ya un tiempo. Me resulta extraño y a la vez sorprendente el hecho de tener que prescindir de algunos temas para hablar cuando nunca he sido de aquellos que hayan tenido mucho que decir.
En esta ocasión escribo desde un nuevo y poderoso PC que espero no se quede demasiado obsoleto en los dias que transcurran, aunque ya me vale para poder ver los Mp4s con los que la gente se ha emperrado en plasmar los animes que recorren en estos tiempos la red de redes.
También me permite investigar el nuevo Windows Vista (que siempre mola el chafardear cosas nuevas y aprender de los errores AKA pantallazos azules y buscar soluciones o otra manera de hacer los trabajos), el nuevo MSN Live (que por extrañas razones no me dejaba instalarlo en mi otro ordenador) y todo en general viendo la suavidad con lo que se mueve todo debido a la, todavia, inexistencia de virus que empiecen a poblar este "bebe recién nacido" del MediaMark de Barnasud.
Y este monstruo de la tecnologia (aunque con un nombre como Medion no incite mucha confianza) me permite plantearme a jugar a ciertos juegos de ámbito pecero y que antes no podria ni soñar. En estos momentos he empezado a hacer de "beta tester" en la beta de Battlefield Heroes, ya que me enviaron la beta-key hace poco y no tuve tiempo ni de probarlo.
El juego en si tiene pinta de molar mucho aunque debido a mi falta de experiencia con los controles shooter en ordenador y el respectivo LAG que me asalta en algunas partidas, pues los huesos de mi "heroe" virtual acaban dando muchas veces contra la poligonal y puntiaguda hierba.