domingo, 11 de diciembre de 2011

Esclavos de las fechas - Xmas Edition


 No abandoné mi lugar desde que llegué al Bar de Barbón por última vez, en compañia de mis pensamientos y la turbia oscuridad que habitaba el local, me dejé de nuevo llevar por las grandes llanuras de la conciencia que tanto deseaba y que se me habia limitado, por aquel espacio infinito donde la libertad de opinión y expresión tenian un espacio distinto al que cargaban las lineas de código que configuraban mi I.A.

Sabía que el tiempo estaba cambiando aunque en los gráficos bidimensionales que me acompañaban y me acompañaran siempre no habia signo de aquello, sabía que lejos de aquella prisión videojueguil donde me encontraba, la gélida presencia del invierno se iba acercando a pasos agigantados y los dias se volvian cortos y las noches mas largas. Como si poco a poco el mundo se fuera acercando y adaptando a este en el que me toca vivir, como si en todas las partes del globo se hubiesen contagiado de esta ciudad sin nombre y sus dias fueran breves como nuestras vidas, y las noches eternas como nuestro sufrimiento. Una atmósfera distinta, una manera diferente de pasear por la calle, de sentir nuestra piel erizarse y nuestro cuerpo encogerse ante las fuerzas de la madre naturaleza; unas sensaciones tan lejanas y tan desconocidas para mi que incluso el simple hecho de imaginarlas es costoso.

La Navidad se acercaba en el mundo real, como una epidemia que habia contaminado a todos los ciudadanos convirtiéndolos en víctimas lobotomizadas y en esclavos de estas fechas.

Como azuzados por un maestro invisible y poderoso, los he visto caminar por las calles, los he visto entrar en las tiendas, los he visto arremolinarse como una turba hambrienta ante mercancia recién expuesta. Los he visto actuar, pues como empleado del mundo del comercio, bien conozco esas conductas y he evitado contraerlas. Los he visto, dia tras dia, llevados por un ansia compulsiva de consumismo, ajenos a todos aquellos que los rodean, individuos llevados por una mente que no es la suya y enemigos entre ellos, todos con un mismo objetivo en mente...que ni ellos comprenden.

Les he visto caminar en parejas, mientras la hembra lleva la voz cantante y el macho mira con cara de amargado y se deja llevar a discusiones sobre el color del turrón o la cantidad de aceitunas en un bote de la marca Alcampo, o a tertulias peores sobre la calidad de unos berberechos o el nivel de grasas de unas patatas de bolsa. He contemplado con horror sus demonios interiores salir por sus ojos, he sentido la víbora que habita en ellos salir por sus bocas, les he visto azuzar a niños que no tienen culpa, les he visto correr desesperados hacia las colas de las cajas, incluso me he sorprendido escuchándolos tararear los villancicos que nuestro hilo musical pone.

Mi cerebro no fue capaz de encajar semejante espectáculo mas propio de las aventuras de Dante en los nosecuantos infiernos, que del mundo real en el que todos habitamos. ¿Cómo era posible que alguien pudiese disfrutar de canciones que se repetian cada 5 minutos en una cinta o CD de escasa duración con el mismo ciclo de villancicos en bucle que les harian estallar la cabeza si estuviesen un punto mas alto? ¿ Cómo eran capaces de poder comprar con semejante taladro auditivo en sus adormecidos cerebros y aún tener el valor de canturrear cosas como "Esta noche voy a poner un petardo para quien venga a pedir el aguinaldo" o "los ratones le están royendo los calzones"? La propia humanidad, poseida o no, nunca dejará de maravillarme. Tristemente...no para bien.

Extraños sujetos que pueden encontrarse en cualquier lado, puedes plantarte en una calle centrica de tu ciudad, echar mano de la paciencia y fuerza de voluntad y verlos pulular a tu alrededor. Parecen inofensivos, pero ten cuidado, simplemente...lo parecen. Activados por las cercanias de esas fechas llamadas Navidades donde solo las disfrutan los niños que aún habitan en sus mundos de fantasia y cuentos de hadas, de princesas de largos vestidos rosas y largas melenas rubias y rostros perfectos, donde los heroes son buenos hasta en el arte de ir al lavabo y los malos son siempre derrotados por las fuerzas del bien. Infantes cegados por la ilusión y la magia de la festividad, de los regalos, de las cenas opulentas, de la visita de familiares que por extrañas razones solo ven en esas fechas y, también, de noches mágicas donde extraños hombres entran en su casa, comen de su comida y dejan regalos que el mismo a pedido.

Lástima que según la edad avanza, la magia se disipa...como los estados beneficiosos en un Final Fantasy, y cuando terminan por evaporarse te dejan indefenso ante un monstruo terrorífico y de tamaño gargantuesco llamado La Verdad, pues una vez descubres que los reyes SPOILERS AHEAD son los padres SPOILERS END, ya casi nada vuelve a ser lo mismo. Piensas que son fantasias y leyendas urbanas como otras muchas, como que algún dia te gustarán esas repelentes niñas a las que pateas el culo a la mínima que puedes, que algún dia tendrás que trabajar y pagar tu sustento y en esa frase que dicen tanto tus padres que mentan que el dinero no cae del cielo. Patrañas, te dices, y sigues en tus trece o en tus catorce o en tus ventiuno, que deben ser también los dias que duran tus vacaciones hasta el próximo trimestre en el colegio.

Mas adelante creces aún mas, y cambian tus roles, has dejado de ser el niño que recibe los regalos, y ahora eres el hombre que ha de hacerlos...y cuanto más creces, más alta y más fuerte es esa voz furtiva que te susurra al oido cuando llega el mes de Diciembre, cuando la época de los Sagitarios y los Capricornio aparece por la esquina del calendario, hay algo que hace click en tu interior, un interruptor que se apaga y otro que se enciende en algún recoveco de tu subconsciente. Cuando eso ocurre, date por perdido, ya eres uno mas: un esclavo del calendario.

Evidentemente, como en todo, hay excepciones. La magia perdura, la ilusión continua, el espíritu navideño sobrevive a las embestidas de esa bestia tremebunda de la que hemos hablado antes, y consigues mantenerte ergido ante todos sus ataques y piensas que la Navidad es portadora de buenas noticias, de los milagros que salen en todas esas películas que nos bombardean por la tele, que cambia a la gente (para bien) y que trae la paz hasta en el rincón mas recóndito del mundo. A veces, mientras observo un diminuto pixel de polvo difuminarse en el aire, me gustaria que esos milagros navideños llegaran tan lejos como para saludar a Jack y entrar por la oscura puerta de el Bar de Barbón.

Lamentablemente, el sindrome del esclavo de las fechas o del calendario no solo aparece en la época navideña. Hay dias en todo el año que también afectan significamente a la psique humana, como por ejemplo el dia de todos los Santos  donde la humanidad entera recuerda a sus seres perdidos por una u otra razón, se abalanzan todos sobre los ramos de flores, como sedientas y hambrientas abejas de un enjambre deforme. Para poder, acto seguido, llevarlas a sus seres queridos que habitan unos cuantos metros bajo el suelo o se han dispersado con ayuda del viento por los vastos dominios oceánicos en forma de cenizas. Pero, ¿qué ocurre con el resto de los dias del año?¿ Dejan de existir al abandonar las mentes esta esclavitud calendaril? ¿Porqué no se les vuelve a comprar flores más veces?¿ Porqué la gente no acude mas veces con esos detalles para los que descansan alli?

Y este es solo un ejemplo porque, que pasa con San Valentin? Otra explosión de esclavitud por fechas, el mundo se vuelve rosa, mires donde mires hay corazoncitos y ositos que te piden que les abraces mientras en sus manos esponjosas tienen precios desorbitados aprovechando las fechas pero que pasan desapercibidos ante la entelada vista de aquellos que se lanzan a comprarlos como si fuesen un billete gratuito para Japón en una convención otaku. Las flores adquieren de nuevo el protagonismo que les corresponde, y otros artículos que cojen telarañas el resto del año, se convierten de golpe y porrazo en objetos de lujo y adquisición sin parangón. Cosas que tienen un dedo de polvo se envuelven en bonito y vistoso papel de regalo y llegan a manos de la pareja de esos títeres sin cerebro que se lanzan a las tiendas a última hora para comprarlos.

De nuevo,¿qué ocurre el resto de dias?¿ Desaparece de vista la pareja como objetivo de más detalles? ¿Se evaporan las floristerias? ¿Se funden las tiendas de colonias y detalles? ¿Se desintegran los bonitos presentes de las tiendas o de las mentes cuando el dia 14 de Febrero pasa? Es posible que si, si eres víctima de esta enfermedad tan común, ten por seguro que lo hacen. Seguramente ese tipo de lugares pasen a ser simples escenarios cuadriculados y pixelados, como si estuviesen censurados utilizando el método japonés en sus hentai, alejados de tu vista por unas pupilas que no los ven o, simplemente, no quieren verlos.

¿Porqué en las Navidades se cena con gente que no se ve el resto del año? Yo personalmente, lo hago y lo reconozco.¿Qué ocurre el resto del año? ¿Desaparecen en una espesa niebla a lo Silent Hill o como la que estuvo azotando Madrid hace unos dias? De nuevo, nos dejamos llevar por los calendarios, por la fuerza y el poder que esos números, esas cuadrículas, esas palabras ejercen sobre nosotros. Puedes resistirte y combatir a La Verdad, pero jamas esperes a vencerla, simplemente bloquear sus ataques y aguantar estoicamente.

Luego se me ocurren mas cosas que, en fin, hecho la vista muy atrás y no las comprendo,¿Como pueden ir los niños acompañando a los padres y verlos comprar los juguetes que quieren sin luego preguntar para qué son? Y si lo hacen, ¿Qué clase de respuestas recibirán??Ahh si, lo recordaba, recibirán un poco de ese ungüento llamado La Mentira, pero que tan bien sienta y tan feliz deja a uno si se proporciona en pequeñas dosis.

Evidentemente, todo esto lo hago desde una perspectiva de empleado comercial y, como tal, puede ser muy subjetiva en muchas cosas (tal vez la inmensa mayoria de ellas), pero el comportamiento en estas fechas es tan irracional, tan extraño y complicado de entender que por mas horas laborales que me pase teniendo la mente ocupada intentando dar con una explicación simple para que mi basto y despejado cerebro lo entienda, menos lógica le veo y mas atisbos de enfermedad maligna detecto en todo ello.

Esto de la Navidad esta cargado fuertemente por un componente religioso, no? Y porqué hay pecados como el de "no desearás la mujer de otro" pero no hay otro de "no se trabajarán los festivos"?Desde luego, las vueltas que doy son tantas que no sé como no acabo mareado y cada vez son mas disparatadas las explicaciones, si es que las hay.

A lo mejor aviones enormes cargados con alguna substancia parachunga y construidos en una sociedad ánonima compuesta por Carrefour, Caprabo, Alcampo y otras grandes entidades comerciales, esparcen algún virus mutagénico parachungo que convierte a la gente en zombies consumistas ávidos de nuevos productos. Y con una cartera marcada y fusilada por la crisis pero que aún tiene los suficientes beneficios como para ser dejados en la gran hilera de cajas registradoras que se despiden de estos pobres seres cuando abandonan sus buffets libres particulares.

Si os topáis con ellos, no temáis, no tengáis miedo y dejaos llevar, seguramente y sin daros cuenta, llevaréis el mismo camino que el resto de la multitud. Y cuando menos te lo esperes llegará ese 25 de Diciembre que te mirará desde el calendario con la foto de tu hijo o hija, ese número que abrirá la boca para enseñar unos dientes terribles que solo se alimentan de una cosa: de tu voluntad y libertad de decidir.

1 comentario:

  1. Yo mira me da igual que se llenen estos recintos y tal. Mientras me toque la lotería ya estaré conforme XDD.

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