He-man 2010 -------> Séptimo, octavo y noveno dia

Lamento la tardanza en estos dias en que el Bar de Barbón no ha sido actualizado y es algo que intentaré no vuelva a ocurrir. Tanto las cosas en el virtual mundo Street of Rageniense como en el mundo real están algo revueltas, pero igualmente todo sigue inculcándonos unas lecciones que tenemos que retener y memorizar como si fuesen las últimas palabras de un moribundo.

La vocecilla inaudible que nos habla en nuestro interior y que no nos trata de joder, sino de ayudar. De ese ego que nos trata con desdén y que nos imparte sus conocimientos a base de golpes de vara y castigos crueles.

Hace dos dias, en el séptimo dia de este año 2010, aprendi una lección primordial que todos tenemos ya mas que aceptada y entendida. Y aunque parezca una de esas frases en que vale la redundancia, hay veces en que hay que repetirla y aceptarla como lo que es y es : " Nunca pasa nada, hasta que pasa"

Y es que, como ya os conté en la anterior entrada, estoy teniendo un duelo a lo Yagami Light y L en Death Note, pero en esta ocasión somos un ladrón bromista y yo como victima. Él busca mi coche y lo intenta abrir por segunda/tercera vez, y yo se lo pongo mas difícil y se lo cambio de sitio hasta que se dé por vencido.

Y es verdad que las dos primeras veces lo tenia bien fácil, pues como algunos bien sabeis, mi coche siempre ha sido fácil de vapulear hasta ahora. No pasó nada desde inicios de verano en que mi pobre hijo tonto sufria de "ventanitis no cerratis del todo" y nunca tuve ningún susto. Hasta que un buen dia, hace 3 para ser exactos, mi amigo "Yagami Light" descubrio la ventaja de esa enfermedad y sustrajo algunas de mis pertenencias.

Aún sigue el duelo, a dias de hoy, aunque por lo visto mi hijo tonto no ha tenido mas visitas indeseadas desde ayer. Asi que me apunto un tanto, aunque aún ganando una batalla sigo perdiendo la guerra.

Para dia octavo, y después de una noche cargada de sueños la mar de extraños que intento descifrar podria decir " No subestimes el poder del subconsciente ".

Recuerdo que soñé con cosas como que mi pueblo se inundaba de arriba a abajo y que yo trataba de sobrevivir junto a mis amigos subiéndonos a lugares algots mientras veiamos como las riadas se llevaban todo lo que podian. Recuerdo una calle dividida en dos y una gran inundación que se nos venia encima, recuerdo como nos apostabamos contra el muro que dividia aquel lugar y como el agua nos pasaba por delante de nuestros atónitos ojos.

También soñé que me encontraba en mi coche (ohh si, los sueños de coches han vuelto) y veia como tenia goteras por donde se filtraba el agua.

Lo cachondo es que al dia siguiente, encontrándome mi coche abierto, pues si que se habia filtrado buena agua de la que habia estado lloviendo todo el dia y noche anterior. Curioso, verdad?

Como lección para este dia 9, tengo que echar mano del comentario que dejó mi amiga Mireia por estos lares y es la de "cada puñalada que recibes te hace mas fuerte y acabas por dejar de sentir dolor".

Yo la hubiera expresado de otra manera pero bien sabemos todos lo que viene a decir. Todo lo que nos pasa, sobretodo las malas experiencias, al principio nos producen un dolor y un quemazón sin igual, vemos nuestro mundo derrumbarse, nuestras esperanzas destruidas en moléculas como todo lo que nos rodea deja de tener sentido.

Esa sensación, puedes tenerla una o dos veces...a la tercera, empiezas a notar que ya no todo es tan malo, te has acostumbrado a esa sensación como te acostumbras al olor del café por las mañanas o el madrugar a horas infrahumanas.

Es como si la vida fuese un amigo gracioso que le gusta darte "calmantes" en las piernas o en los hombros, al principio te quejas y te cagas en su madre, pero según pasa el tiempo empiezas a notar menos dolor y solo un leve entumecimiento que hace que tu amigo pierda su gracia y sus ganas de golpearte.

Asi nos trata la vida, como una maestra de la generación de los 60, equipada con una fusta o una vara que no duda en usar cuando hacemos algo mal. Que nos inflige dolor cuando metemos la pata, pero que lo hace por nosotros : porque sabe, que para bien o para mal, es la única y mas eficaz manera de que aprendamos las cosas.