
Con énfasis llego hoy al Bar de Barbón, con ganas de saber que es lo que está ocurriendo. Pilas de informes se han apilado en mi despacho interior, donde cada dia transcurridas unas horas pasan nuestros enviados desde las lineas frontales de nuestra defensa para dejarme las últimas noticias en el campo de batalla.
Miro a mi alrededor para encontrarme con la quietud que siempre me da la bienvenida, con esa presencia que siempre está ahi a mi llegada, que me saluda con su silencio y me arropa con el manto de su tranquilidad. Ella me acompaña a través de la penumbra que enturbia el bar como un aceitoso líquido en un vaso de agua, me guia a través de las paredes de mi establecimiento hasta llegar a la pequeña habitación fuera de los ojos dispares de todos los clientes que dia a dia visitan este lugar.
Encima de la mesa me encuentro ordenadas las hojas que han ido llegando en esta última semana, recordemos que llevamos 7 dias de alerta máxima donde la organización se vio tambaleada y sacudida por una serie de cruentos virtuales ataques que mermaron nuestras tropas en la periferia de la ciudad. Poco tiempo después pusimos en marcha un dispositivo, el cual podeis leer en la anterior entrada, donde movilizamos a muchos de nuestros efectivos en una misión casi suicida a la zona de batalla asaltada por la B.S.A.M ! (con exclamación porque sino, no seria lo mismo) e intentar recabar información sobre la situación y, en la medida de lo posible, intentar acabar con los enemigos que nos demoran en la consecución de nuestros objetivos.