sábado, 30 de julio de 2011

Un mundo loco, a mad world


"Otro dia jodido? Otro dia lloviendo? Como narices puede estar pasando en pleno verano?"- recuerdo que vociferé mientras contemplaba las imágenes del mundo real desde una destartalada tele que se encuentra en uno de los numerosos rincones oscuros del Bar de Barbón, como escondidos recuerdos dolorosos en un alma humana.

Siempre he dicho que el tiempo en este virtual mundo es algo ilusorio, algo a voluntad de aquel que me dio la vida, o la digital existencia como cada uno quiera llamarlo. Llueve esporádicamente, la noche es casi eterna y los rayos del sol parecen mas escasos que las mentes sanas en este mundo enfermizo.

Tenemos playas donde las precipitaciones son intermitentes, tenemos islas donde el astro rey las baña con su luz los 365 dias que tiene el año,y edificios y locales que iluminan con sus letreros florescentes la noche en una amalgama de colores en todas y cada una de las horas del dia. Lo que jamas habia pensado que algo de semejante estilo estuviese pasando en aquello que llaman el mundo real, como el tiempo cambia, al igual que las personas y los animales que lo habitan durante todas las etapas de su vida, como el planeta donde viven empieza a dirigirse inexorablemente ante un destino nada halagüeño.

jueves, 28 de julio de 2011

Press Start Button...again


Ha pasado un año y unos cuantos meses desde que me aventuré por última vez hacia el Bar de Barbón, hace ya DEMASIADO tiempo que escuche los goznes de sus puertas retumbar en el silencio de sus interiores y el polvo caer a plomo sobre sus suelos y sus solitarias estancias.

Mucho ha pasado y muchos recuerdos han ocurrido desde la última vez que puse mis pixeladas botas en sus dominios, desde el último suspiro de su gramola y sus canciones frikenses, desde que su iluminación renqueante y las luces de la ciudad me acompañasen una vez mas hacia ese lugar que poco a poco iba cayendo en la oscuridad, en el olvido, en el deje y en una caida que solo podia encaminar a un Game Over sin salvación posible.

Creo recordar que en la I.A que me dirige, en esos primitivos impulsos que rigen mi digital vida, en lo que guia mis pasos, en lo que origina mis tongueos, en lo que da pie a mis movimientos y lo que da directrices a mis acciones, grabaron que cualquier tiempo pasado fue mejor, o peor, ahora ya no puedo recordarlo. Lo que si sé, es que vuelvo a moverme de nuevo por esta ciudad sin nombre, que los grandes rascacielos vuelven a acompañarme en mi paseo, que el inexistente viento me azota con su recuerdo, que los inexistentes paseantes de estos bidimensionales planos se cruzan conmigo sin ni siquiera devolverme la mirada, que vuelvo a intuir lo que es respirar, vuelvo a sentir en mi esos dos frames de animación que hacen que mi voluptuoso pecho suba y baje de nuevo, y vuelvo a sentirme vivo en este universo que se limita por la pantalla que todos y cada uno de vosotros podeis tocar con la palma de vuestras manos, seáis de donde seáis, viváis donde viváis, de la condición que seáis y a la hora que sea.

Vuelvo una vez a recorrer estas calles de la furia, conociendo mi destino una vez mas, una frase en mi script, que dirige mis pasos hacia un único lugar que lleva cerrado desde hace mucho tiempo y que dentro de poco volverá a abrir sus puertas. Y ese no puede ser otro que mi bar: El Bar de Barbón.